Al margen de las actuaciones judiciales, el
reciente caso por presunta trama de corrupción en el Ayuntamiento de Sabadell
conocida como “operación Mercuri”, pone en evidencia que todo dirigente de
entes públicos, es decir, financiados con recursos de los contribuyentes, debe
ser muy precavido a la hora de designar a las personas que hayan de ostentar
cargos de responsabilidad en las mismas.
Aunque por supuesto puedan tratarse de
personas de valía, resulta, como mínimo sospechoso, que en un Ayuntamiento como
el mencionado haya personas muy allegadas al alcalde como su propia esposa, -asesora
de la alcaldía-, un hermano -concejal de Espacio Público- y un tío carnal imputado
en la trama.
A la vista del ciudadano, esas prácticas resultan
muy dañinas y, la historia ha demostrado repetidamente su perversión. Al
“enchufe” de parientes se le conoce como nepotismo, que consiste en la desmedida
preferencia de algunos gobernantes o funcionarios públicos para dar empleos
públicos a familiares, sin tener en cuenta la competencia de los mismos para desarrollar
con éxito la labor asignada, basándose solo en conseguir la lealtad y adhesión
total de los beneficiados.
En los estados donde
rige la meritocracia
(sistema por el cual solo el mérito justifica el ascenso o el nombramiento),
el nepotismo está considerado como un acto de corrupción. No se acepta, a nivel
social, que un dirigente político decida colocar a familiares o amigos
basándose en cuestiones de simpatía o afecto.
El nepotismo tiene una historia milenaria. El
concepto parece derivar del griego antiguo nepos (en español “sobrino”)
La Historia ha dado
muchos casos de nepotismo. En Roma, Pompeyo concedió altas
responsabilidades a su yerno Metelo Escipión (de nula capacidad en el ámbito
militar) siendo denunciado por Marco Antonio ante el Senado. Durante la Edad Media, la Iglesia Católica también dio muestras de nepotismo, cuando varios obispos que, tuvieron descendientes
ilegítimos los presentaron como “sobrinos” mostraron favoritismo hacia
ellos. Incluso algunos Papas nombraron cardenales a sus parientes. Mucho más
recientemente destaca el nombramiento del Conde Ciano, yerno de Mussolini
como ministro; Napoleón I nombró reyes a varios de sus hermanos; Nicolás Franco,
hermano mayor del General Franco y Serrano Suñer llamado el “cuñadísimo” fueron
los colaboradores más estrechos del dictador… .
Cuando un alto cargo político se perpetua en
el poder -incluso siendo elegido democráticamente- acaba convencido de que en “su
cortijo” puede hacer y deshacer a su antojo, eso sí, con dinero público. No es de extrañar que muchos casos de corrupción sean la consecuencia de
practicar el nepotismo.
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