Una de las decisiones
más difíciles y comprometidas para cualquier alto responsable de una
organización, empresa o ente, consiste en la designación del responsable del
control del dinero, se le denomine director financiero, contable o tesorero, ya
que esa persona dispondrá de toda la información de la empresa en lo que hace
referencia al trasiego de dinero, documentos bancarios, recibos, relaciones con
terceros, relaciones con terceros y, si existiera la caja “B”.
Toda persona que ostente
ese cargo debe estar mucho más controlada por sus superiores jerárquicos que el
resto del equipo directivo. Asimismo, un
profesional ético en esta disciplina suele agradecer y valorar que su
gestión sea ratificada por un estrato superior que se interese y valide la
misma. Con frecuencia muchos responsables exigen la realización de una
auditoria interna y externa a fin de que su función quede ratificada.
Ahora que están de moda
algunos desmanes y escándalos presuntamente cometidos por ciertos tesoreros
puede resultar oportuno recordar la importancia de ese cargo así como su
servidumbre con respecto a estamentos superiores.