Históricamente, todo aquello relacionado con
el entorno financiero se ha considerado como un coto exclusivo de los
profesionales que desarrollan en él su actividad económica, como economistas,
directivos y empleados de entidades y mercados financieros, el entorno
empresarial, etc.
Se suele tener
aversión a lo que se desconoce. Ese principio es extensivo a las finanzas y la
economía. Los “asesores financieros” de los desconocedores de los principios de
estas disciplinas suelen ser el cuñado propio –aquel que lo sabe todo pero que
nunca cuenta sus fracasos- o un empleado de la oficina bancaria que asegura
aconsejar siempre lo que mejor conviene al cliente, sin que éste se percate de
que el objetivo de aquél consiste en defender los intereses de la entidad que
le paga el sueldo.
En la sociedad actual y más acentuadamente en
el futuro, somos una o varias cuentas bancarias de veinte dígitos, una o varias
tarjetas de plástico, un plan de pensiones, una hipoteca y unos ahorros a
rentabilizar. Por consiguiente, la carencia de conocimientos sobre el uso,
objetivos, características, aplicación y coste de esos productos puede
propiciar la picaresca, abuso e incluso estafa por parte de quienes se erigen
en expertos y únicos autorizados en aconsejar a sus semejantes -desconocedores
del tema- qué deben hacer con su patrimonio y sus ahorros, máxime cuando ese
asesor pueda tener intereses opuestos.
La mayor parte de personas que no poseen
conocimientos de finanzas, suelen justificar esa carencia alegando que ellas “son
de letras”, sinónimo de que los estudios que realizaron en su día no tenían
absolutamente nada que ver con “los números” y mucho menos con la ciencia financiera.
Personas muy preparadas para desarrollar su actividad profesional con éxito,
desconocen los principios básicos de las finanzas porque en los estudios que
cursaron alguien decidió que dicha materia no hacía ninguna falta en los mismos.
Es urgente que en la Educación Secundaria
Obligatoria se incluya una asignatura transversal para preparar al futuro
ciudadano adulto, de lo que precisará en su vida. En caso contrario, la gente seguirá siendo víctima de los hedge funds; del coste real que suponen las
comisiones; de los perversos efectos del sobreendeudamiento; de qué son los
fondos de inversión y de pensiones; de los productos estructurados, de las
cláusulas de los contratos bancarios… Por otro lado, si esos adolescentes/jóvenes
empezaran a conocer los básicos conceptos del funcionamiento de las finanzas,
seguramente controlarían sus gastos y serían mejor ahorradores, que falta les
hará para el día que se jubilen.
1 comentari:
Un gran comentario y una gran verdad, me has pisado una entrada que tenia pensada hacer sobre el desconocimiento que tenemos la gente normal sobre los entresijos de las finanzas y las inversiones para nuestros ahorros.
Publica un comentari a l'entrada