divendres, 27 d’abril del 2012

Sorpresas que dan las crisis. Publicat per Eliseu Santandreu al Diari Sabadell el dia 26.

Una de las escasas ventajas, que produce la crisis es que aparecen a la luz pública muchos aspectos que, aunque se sospechaba de su existencia, se desconocía el enorme volumen, importancia y perjuicio que han producido los despilfarros, derroches y dilapidaciones que se han estado produciendo durante los catorce años (1993-2007) que duró la época de las vacas gordas. Algunos ejemplos ponen de evidencia lo que precede. 


¿Por qué la Diputación de Barcelona ha estando pagando por su sede en Barcelona, en un magnifico edificio más apropiado para un buen museo o una magnífica biblioteca, 2,5 millones de euros al año y ahora, los responsables nos salen con la magnífica idea de prescindir de ese coste, para “ahorrar”?

¿Por qué RTVE (Radio y Televisión Española) ha venido retribuyendo con 120.000 euros anuales a sus diez consejeros? ¿Por qué cada consejero disponía de un asesor que percibía 60.000 euros anuales, así como una secretaria con su correspondiente coste? Ahora se ha decidido eliminar los coches “oficiales” que utilizaban ¿Pero, por qué existían esos coches oficiales? ¿Es que esas personas no podían desplazarse como cualquier trabajador en un medio público, pagándoselo de su bolsillo? ¿Por qué a estas medidas se les ha denominado “ejemplarizantes”?


¿Por qué han salido a flote tantas obras faraónicas que se han realizado sin comprobar antes, si esa versión cumplía con la elemental regla de que aportaran mayor valor en relación a la inversión? ¿Por qué, además del propio fiasco del aeropuerto de Castellón, ahora resulta que se destinan 7.000 euros mensuales de luz, 5,5 millones durante 5 años para vigilancia privada, 382.000 euros al año de las nóminas de las siete personas que allí trabajan, 1,2 millones de euros al año gastos financieros, y 30 millones de euros como gastos en patrocinios, publicidad, feria, etc. para su mantenimiento.

Si un principio fundamental en cualquier empresa, consiste en que la retribución de los máximos responsables debe estar directamente relacionada con la riqueza que su trabajo aporta a la empresa ¿Por qué muchos directivos de cajas y bancos cobraban impunemente cantidades astronómicas por hundirlas? ¿Por qué ahora esos mismos directivos se sienten agraviados porque se les ha rebajado el sueldo a 300.000 o 600.000 euros, en función de las ayudas que hayan recibido para reconducir el fiasco del cual fueron autores?

¿Por qué leemos que el Presidente del BBVA ganó en 2011 un 6,4% menos que el año anterior y se deja para segundo término que fueron 4,97 millones de euros?

¿Por qué ahora se ha conocido que 106 municipios españoles están afectados por escándalos?

Según el gobierno, se extinguirán filiales públicas, que se integrarán en la matriz, desapareciendo el presidente, los directores generales y todo el Consejo de Administración– reconociendo que muchas de esas sociedades no tienen interés público alguno (!!!) Como el Quinto Centenario del Descubrimiento de América, Barcelona Holding Olímpico o Carmen, la comida de España 1992. Sociedad Anónima, una empresa creada para fomentar e impulsar la dieta española. Solo eran cementerios para elefantes leales y estómagos agradecidos.

Seguramente se podrían añadir muchas más situaciones y hechos que no tienen cabida en este espacio, por lo que la pregunta surge: ¿es necesaria una crisis para eliminar tanto despilfarro y tanto individuo viviendo de la mamandurria? ¿Por qué lo indispensable hasta ahora, ha pasado a ser absolutamente prescindible?

Aunque por naturaleza los mediterráneos seamos unos manirrotos, deberíamos aprender a gestionar como si siempre estuviéramos en crisis. Las empresas que han aplicado ese principio han sobrevivido sucesivas crisis, pero en el ámbito de las altas jerarquías deben desconocer ese principio.