El cash-pooling
consiste en una herramienta financiera de centralización de tesorería en
una única cuenta bancaria para todas las sociedades integrantes de un mismo
grupo. Su objeto es gestionar conjuntamente todas las cuentas asociadas a
aquélla y disfrutar de ventajas como reducción de costes o ser más fuertes ante
los proveedores de dinero. Este sistema es frecuente en las grandes
organizaciones y empresas multinacionales.
El que está al frente del cash pooling de la Organización Central,
es quien en realidad tiene el poder. Puede dar un trato diferencial a alguna
sociedad integrante, agilizar pagos convenientes, anticipar préstamos en virtud
a ciertos privilegios, intereses, simpatías, connivencias u otras
circunstancias que puedan condicionar las relaciones con sus asociadas.
Entre el amplio abanico de variantes del cash-pooling, destacan dos: a) las
sociedades integrantes remiten periódicamente los cobros que percibe en su
jurisdicción y, posteriormente, el organismo central les remite las cantidades
previstas para que hagan frente a sus pagos y b) cada integrante cobra y paga
sus derechos y obligaciones y remite al organismo central el equivalente a unos
servicios recibidos. Aplicando esta gestión al Estado español, la primera modalidad
es la que utilizan la gran mayoría de CCAA con relación a la Administración
Central y la segunda es la que practican el País Vasco y Navarra.
En el campo del cash pooling, el Estado español ejerce el papel de organización
central y, Catalunya, el de una de las sociedades integrantes. Con frecuencia
sucede que el primero no da igual trato a las sociedades integrantes, lo cual provoca
que, mientras una sociedad integrante pueda tener serios problemas de liquidez
otras, esté encantada con el sistema. En ocasiones, algunas integrantes
prefieren renunciar a sus derechos y remitirlos a la organización central,
mientras otras consideran ese derecho como irrenunciable.
Así las cosas, sucede que el papel de la
Generalitat de Catalunya, como un integrante del sistema y, ante la carencia de
recursos financieros solo se pueda limitar a anunciar a sus acreedores que,
como no le pagan, ella no puede pagar, asumiendo así el papel de un moroso
colateral.
Sin embargo, esa explicación no consuela a
quienes contaban cobrar sus deudas para hacer frente a sus compromisos, surgiendo
una tremenda duda sobre ¡qué pinta cada Administración y con quien conviene más
negociar, para cobrar antes!
Como en cualquier organización, empresa o
negocio, el que decide el orden y momento del pago es realmente el que manda.
Los demás pueden ser muy jefes, ejecutivos y “tesoreros” pero a la gente solo
le interesa saber quien decide sobre “lo suyo” para saber a quien reclamar o
quejarse. Aquí se cumple el dicho: “Quien paga, manda” Mientras eso no ocurre
hay que conformarse con el papel de víctima propicia.
2 comentaris:
El Cash-Poling parece ser que a los gobiernos centrales les va muy bien, lo que no entiendo es como los Vascos y Navarros...!son tan listos!
Como siempre una lección de economía y finanzas.
La centralización de cuentas es fundamental para las empresas, especialmente para los grandes grupos, porque facilita la gestión y reduce costes.
Saludos,
Laura
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