divendres, 26 de novembre del 2010

No todo es debido a la crisis (Eliseu Santandreu)




La ONG Cáritas presentó ayer su último informe sobre pobreza y los datos son demoledores. Si hace dos años había en España ocho millones de pobres, ahora la cifra ha aumentado en un millón de personas (un 3, 4%), hasta los nueve millones. Una gran parte de ellos son mujeres que viven solas, con cargas familiares.

Obviamente la crisis genera problemas para las familias en la medida en que los progenitores pueden perder el trabajo, al no pagar la hipoteca se la embargan, tienen que prescindir de muchas cosas que antes consumían….. Eso provoca una mala calidad de vida sobre todo para los hijos que son los más perjudicados porque la alimentación no siempre puede ser la adecuada, la educación puede verse perjudicada al tener que cambiar de colegios, no poder ser atendidos por servicios médicos que no entran en la Seguridad Social, renunciar a actividades extraescolares, etc.



Pero, esas situaciones no siempre son debidas necesariamente a los efectos letales de las crisis. Sin necesidad de ser sociólogo, todos conocemos casos en que la mayoría de matrimonios que se divorcian se transforman en dos –o más familias- que pueden duplicar los gastos ya que es frecuente que el cónyuge que deja a su familia lo haga para crear otro hogar, con lo cual se duplican las hipotecas o los alquileres, las bocas a alimentar, los automóviles, los gastos por vacaciones, etc.


España está en la cabeza de Europa en crecimiento de rupturas de pareja. Cada día se deshacen 2.761 uniones lo cual equivale a uno cada 31 segundos o de que por cada tres matrimonios, dos se divorciarán según el Instituto de Política Familiar (IPF).Ante esos datos, una sola reflexión puede confirmar el título: NO TODO ES DEBIDO A LA CRISIS.
Tanto si a la pensión alimenticia se llega por acuerdo mutuo como por sentencia, las cantidades suelen ser irrisorias, máxime cuando el cónyuge que deba pagar puede demostrar menos ingresos de los que realmente percibe en razón del uso de la picaresca que caracteriza a nuestra cultura. Así, es frecuente que se le obligue a pagar, por ejemplo, 300 euros mensuales por hijo -diez euros diarios- pero se desentienda de los múltiples gastos que supone criar y educar a un hijo o hija. 


Esa situación solo es sostenible cuando el cónyuge que debe hacerse cargo de los hijos también trabaja y administra el hogar como puede. Naturalmente, en una crisis en la cual los dos cónyuges estén expuestos a perder el trabajo, la situación será insostenible, pero, en este caso, la génesis no será directamente de la crisis en si, sino una consecuencia de la decisión que en su día se tomó por una o ambas partes. Muchas de las revisiones de pensiones que se están produciendo en los juzgados actualmente, para revisarlas, obviamente, a la baja, alegando tener menos ingresos son patrañas para conseguir una rebaja sin atender a que está en juego el presente y el futuro de sus hijos, siempre las víctimas propicias de los que definimos como protectores.