Al igual que una empresa, familia o particular, cuando
el Estado necesita dinero para financiar su déficit, debe recurrir a los
mercados financieros, endeudándose mediante la emisión de títulos, –generalmente
bonos- que pueden suscribir otros países, bancos, fondos de inversión, fondos
de pensiones o inversores
cualificados.
Cuanta mayor confianza inspira un Estado valorada
en términos de devolución de la deuda emitida, más bajos son los tipos de
interés que pagará por su deuda ya que presenta un bajo riesgo, con relación a
otros países o entornos.
En
cambio, en casos como España, Italia, Grecia, Irlanda o Portugal el crecimiento
de la prima de riesgo -diferencial que pagan los inversores con respecto al
bono alemán de 10 años- dificulta el acceso a los mercados internacionales lo
cual conlleva pagar un coste mayor y el riesgo de no captar interés por los
inversores.
Frente
a las actuales disparidades sobre el tratamiento de riesgo entre los miembros
de la UE, varios organismos proponen la creación de eurobonos. El resultado
consistiría en socializar o mutualizar los riesgos, protegiendo así a los países más
frágiles de los ataques especulativos. Una Europa Unida en la asunción de la
deuda global de sus integrantes, ofrecería endeudarse en mejores condiciones
que lo harían sus componentes por separado. La creación de eurobonos supondría
que el conjunto de países que forman la zona euro, emitirían los títulos de la
deuda conjuntamente en vez de hacerlo país por país.
¿QUE SON LOS EUROBONOS?
Los eurobonos se pueden emitir en cualquier moneda
aunque la mayoría de las emisiones se hace en dólares o euros. La denominación
de eurobono obedece a que se trata de emisiones de bonos u obligaciones lanzadas
en los mercados europeos.
Las reticencias en emitir Eurobonos procede sobre
todos de países de la zona Euro como Alemania , Austria y Francia que
se benefician de unos bajos tipos de interés por tener la máxima clasificación,
es decir, la triple A, a diferencia de otros países europeos con una
calificación inferior, incluso muy inferior.
Los tipos de interés para tales emisiones se
fijarían en base al promedio de los rendimientos de los diferentes Estados que
participan lo cual resultaría bueno para los peores y malo para los mejores.
DECISION COMPLEJA PERO
NECESARIA
Para comprender las dificultades que plantean los
eurobonos, dada la disparidad económica y política de los países que componen
la UE, veamos un sencillo ejemplo: Supongamos tres empresas: A, B y C que
cuando actuaban individualmente, la A tenía una calificación crediticia óptima;
la B aceptable y, la C presentaba dificultades en cuanto al límite de crédito.
Ahora, supongamos que las tres decidieran
endeudarse conjuntamente. En ese momento los bancos considerarían un riesgo único
para las tres y establecerían unas condiciones medias que perjudicaría a A y
beneficiaría a C mientras que B, quedaría en la mismas condiciones que tenía.
Aplicando ese símil al caso europeo, la empresa A
son Alemania, Austria y Holanda y la empresa C estaría compuesta por España,
Italia, Portugal, Irlanda y Grecia. La empresa B estaría formada por el resto
de países europeos que forman parte de la UE.
Sin embargo, esa posibilidad que parece una buena
solución a los problemas actuales de Europa, presenta algunos problemas a corto plazo ya que los eurobonos
no solucionarán los problemas más urgentes, ni evitarían que se deban
seguir realizando reformas.
La decisión final, está pendiente en primer lugar de
que los jefes de Estado o de Gobierno europeos decidan si se pone en marcha la creación
de una agencia europea de deuda pública y, entonces poder emitir eurobonos,
aunque probablemente no se denominarían así, para evitar el rechazo que este
nombre pudiera provocar, o si, por el contrario se entierra definitivamente el
viejo proyecto, aunque cada vez con mayor énfasis, los expertos aconsejan que
se haga realidad a fin de revalorizar el mermada prestigio de la Zona euro.
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