diumenge, 27 de febrer del 2011

REQUIEM POR NUEVA RUMASA. Per Eliseu Santandreu

Los sonados escándalos económicos de infausta memoria como Afinsa y Forum Filatélico con cerca de 400.000 afectados que solo percibirán el 10% de su inversión; Gescartera que estafó unos 100 millones de euros a 2.000 clientes, entre ellos una treintena de órdenes e instituciones ligadas a la iglesia; Eurobank que afectó a 2.000 personas y más de 135 millones de euros: AVA sociedad de valores intervenida en su día por la CNMV que supuso un quebranto de 84,1 millones a casi 14.000 personas; Fidecaya, con 250.000 afectados y unos 100 millones de euros y, para resumir el caso Banfisa (Banco Filatélico Español), que afectó a 200 clientes; Caja Hipotecaria de Valores, con 189 ahorradores; el de Sistema de Ahorro Múltiple, con 500 inversores; el de CAFI, con 150 clientes; el de la Caja Previsora Andaluza, con 400 clientes, y el Grupo Financiero Athos, con 200 inversores afectados, ahora se une a ellos Nueva Rumasa.
No voy a referirme a la cronología de lo sucedido desde la Rumasa de 1983 hasta la fecha, ya que cada día aparecen nuevos datos sobre la situación del grupo empresarial que cada vez se parece más a un culebrón televisivo. Sólo pretendo aportar algo de pedagogía que pueda ser útil para frenar las malas artes empresariales.
Lo último que se ha sabido hasta la fecha es que la familia Ruiz-Mateos tiene fincas hipotecadas hasta cuatro veces y ha ofrecido incluso como garantía, los mismos activos a tres acreedores distintos. También figuran hasta quince fincas hipotecadas varias veces que han sido ya, en algunos casos, objeto de embargo. Según la Ley tiene prioridad sobre un bien, la entidad que tenga el primer aval. Las demás deberán ponerse a la cola por si queda algún residuo.
Con una deuda financiera de más de 700 millones y varios activos embargados ya por impagos a la banca y a la Tesorería General de la Seguridad Social, Nueva Rumasa se enfrenta también a la posible pérdida de la totalidad de sus acciones en Cacaolat, las marcas Clesa, La Levantina, Letona y Royne; las cuentas pendientes de cobro con Carrefour, Dia, Alcampo, El Corte Inglés y Mercadona, saldos pendientes de Hacienda y hasta las cabezas de ganado de una explotación.
Usted, lector ¿Ha logrado en alguna ocasión que una entidad bancaria le haya aceptado bienes embargados o embargables a favor de terceros? En el caso que nos ocupa, o se debe a la complicidad o “buena fe” de las entidades que aceptaron los avales por el prestigio del clan Ruiz-Mateos o a la habilidad de éstos, muy alejada de su auto proclamada honradez.
Aparte de los 5.000 trabajadores a los que al parecer se les debe tres millones de euros, otras personas se verán seriamente afectadas: los inversores, ¿Han sido o timoratos o ambiciosos? ¿Cómo se puede creer en rentabilidades anuales del 10% en estos tiempos? Esos supuestos perjudicados, unos 5.000 que invirtieron 140 millones de euros son pequeños ahorradores que, si se llegara al concurso de acreedores, tendrán la condición de acreedores ordinarios, salvo que estén garantizadas y, según el orden de prelación de esa garantía.

Desde una perspectiva exclusivamente financiera, ofrecer una rentabilidad del 10% es reconocer por parte del emisor pagar una prima de riesgo del 100%, sobre el bono del Estado español a diez años. Claro, que en este caso la oferta se trataba de atraer al incauto inversor. Para que los términos de esa oferta se pueda cumplir deben darse dos circunstancias: a) que la rentabilidad que se obtenga de la inversión sea superior al coste de la deuda y, b) que genere suficiente liquidez para pagar los intereses y amortizar la deuda emitida. Por lo que se está viendo ninguna de ellas se dan en este caso.
Muchos de esos inversores, algunos con los ahorros de toda la vida compraron pagarés de Rumasa por su inclinación a las buenas obras caritativas. Son personas que siempre han creído en la inocencia de José Maria Ruiz Mateos como víctima de un socialismo que le usurpó sus bienes. Aunque el Tribunal Constitucional falló el 19 de diciembre de 1986 a favor de la expropiación, Ruiz Mateos sigue reclamando al Estado una indemnización de 18.000 millones de euros –el 1,6% del PIB español-
Todo lo que está pasando se parece mucho a una estratagema planificada que conduce a pensar a) ¿Será una venganza contra el Gobierno para que le pague lo que él dice que le adeuda? b) ¿En qué se invirtió realmente el dinero captado? c) ¿Lo destinarán a crear la “NOVISIMA RUMASA”, cuando todo se haya olvidado? y d) ¿Supondrá un incremento patrimonial para el prolífico clan de los Ruiz Mateos?
Si no somos capaces de entender las mínimas reglas de la inversión, y las nefastas consecuencias de las malas artes que nos ofrece la historia reciente. No sería de extrañar de que, si Belén Esteban decidiera emitir pagarés seguro que tendría un gran éxito entre sus fans. Es el resultado de una inversión emocional sin usar la cabeza.