Los sonados escándalos económicos de infausta memoria como Afinsa y Forum Filatélico con cerca de 400.000 afectados que solo percibirán el 10% de su inversión; Gescartera que estafó unos 100 millones de euros a 2.000 clientes, entre ellos una treintena de órdenes e instituciones ligadas a la iglesia; Eurobank que afectó a 2.000 personas y más de 135 millones de euros: AVA sociedad de valores intervenida en su día por la CNMV que supuso un quebranto de 84,1 millones a casi 14.000 personas; Fidecaya, con 250.000 afectados y unos 100 millones de euros y, para resumir el caso Banfisa (Banco Filatélico Español), que afectó a 200 clientes; Caja Hipotecaria de Valores, con 189 ahorradores; el de Sistema de Ahorro Múltiple, con 500 inversores; el de CAFI, con 150 clientes; el de la Caja Previsora Andaluza, con 400 clientes, y el Grupo Financiero Athos, con 200 inversores afectados, ahora se une a ellos Nueva Rumasa.
No voy a referirme a la cronología de lo sucedido desde la Rumasa de 1983 hasta la fecha, ya que cada día aparecen nuevos datos sobre la situación del grupo empresarial que cada vez se parece más a un culebrón televisivo. Sólo pretendo aportar algo de pedagogía que pueda ser útil para frenar las malas artes empresariales.
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