divendres, 17 de desembre del 2010

El nuevo Govern català (Publicat al diari Expansión el 15/12 per Eliseu Santandreu)

Los ciudadanos catalanes están cansados de tanto PIB, IPC, Déficit público, Deuda Pública, BCE, FMI, recesión, inflación, desempleo, cierres de empresa, bonos basura, estafas, etc…. El contribuyente tiene un hartazgo de datos, acrónimos y noticias espeluznantes y apocalípticas sobre lo que se nos viene encima. También de los gurús que compiten por anunciar las mayores tragedias futuras.


Los ciudadanos ya no piden soluciones a sus problemas. Las exigen. Se sienten totalmente indefensos y olvidados ante sus serios problemas domésticos que no parecen interesar a quienes deberían solucionarlos. Mientras, las organizaciones caritativas piden comida para los más pobres, a los menos pobres, pero solidarios. La gente está estupefacta ante noticias como “se reducirá el consumo de vendas y esparadrapo en los hospitales” mientras no se toman medidas para reducir despilfarros de escándalo.

Ahora será el momento de cumplir las promesas electorales con las que nos han estado machacando durante los últimos meses hasta el empacho los candidatos. El nuevo President de Govern ha de elegir, para gobernar, no solo a los “compañeros de viaje” y a los estómagos agradecidos. Ahora se precisa de gente preparada y eficaz con independencia de su origen y convicciones políticas. Lo más destacable de un dirigente político o empresarial consiste en saber cuales son las prioridades en cada momento, con independencia de sus deseos personales, profesionales y en estos momentos de partido. Ha de gobernar y ello supone tomar decisiones deseadas antipopulares.

Si en estos momentos lo más importante es crear puestos de trabajo, que los bancos den crédito a las pymes, autónomos y emprendedores; facilitar el consumo de las familias y empresas invirtiendo el billón de euros del pastel del ahorro actual, ampliar las exportaciones, investigar, etc. noticias y espectáculos como los que hemos venido asistiendo en los últimos meses, en lugar de aportar confianza, gran antídoto para superar la crisis, solo han servido para incrementar el miedo existente y la esclerosis de la economía.

En estas elecciones el anterior Presidente José Montilla además de perder las elecciones y la posibilidad de volver a repetir mandato ha perdido parte de su prestigio personal. Ahora le tocará a Artur Más cumplir lo prometido, defender los intereses de todos los gobernados y su prestigio personal. En caso de fracasar habrá que pensar seriamente en su futuro político. Un objetivo prioritario de tipo inmaterial es devolver la afección a la política de los ciudadanos catalanes de la que tanto se han alejado.

El nuevo Govern que surja ha de tener muy presente que estará en precario hasta que demuestre su capacidad de Gobierno y de avanzar. Artur Más ha de tener en cuenta la ley de Peter. Haber sido economista en la empresa privada y haber ostentado varias Conselleries no implica que pueda ser un buen President de la Generalitat. Eso deberá demostrarlo y la gente está expectante y escarmentada.