dilluns, 20 de juny del 2011

Yo estaría muy preocupado (d'Eliseu Santandreu, publicat al Diari Sabadell el dia 18 de juny)


El barómetro del mes de mayo, que publica mensualmente el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) pone de manifiesto, que el 22% de ciudadanos sitúa a los políticos, que no a la política, porque en todo caso aquellos pueden degradar a ésta pero no a la inversa, como uno de los tres mayores problemas del país, sólo por detrás del desempleo y de la situación económica mientras el terrorismo ha pasado a cuarto lugar. Desgraciadamente, el colectivo de personas llamado a solucionar los problemas de la sociedad “goza” de gran desconfianza por sus representados.  

Ya se sabe que no todos los políticos son iguales, pero unos indeseables casos hacen mala a toda la clase a la que pertenece, igual que las malas artes de un banquero perjudica a todo su colectivo o un mal empresario estigmatiza a toda la clase empresarial.

Pero lo más llamativo de la encuesta es que fue realizada los días 3 y 11 de mayo, días antes del movimiento 15-M y de espectáculos como la jura de diez diputados de las Cortes Valencianas imputados en casos de corrupción, ajenos a los graves desórdenes que en aquellos momentos se producían en la calle de los que ellos eran los protagonistas, o la vergonzosa imagen que ofreció la televisión de algunos alcaldes que tuvieron  que salir por “la puerta de atrás” para evitar el escándalo que les esperaba por la puerta que en teoría les corresponde: “la puerta grande del Ayuntamiento”. Si la encuesta se hubiera realizado sólo seis días después, el rechazo social hubiera sido mucho mayor.


¿Cómo pueden justificar esa actitud unos personajes que conociendo su imputación en procesos pendientes de juicio han tenido la desvergüenza de presentarse? La explicación es simple. Blindarse ante la Justicia con el acta de aforado como hizo Ruiz Mateos en 1989 cuando resultó elegido diputado al Parlamento Europeo y así poder evadir o retardar la acción de la Justicia.

Cuando aparecen en los medios de comunicación denigrantes escenas de políticos insultándose con epítetos como ladrón, sinvergüenza y embustero, lanzando dentelladas a la yugular del contrario. Cuando son capaces de utilizar la peor indignidad política como es la de negarse y evitar a toda costa consensuar las soluciones que más preocupa a la ciudadanía a la que dicen representar, olvidan que la política es la ciencia basada en la cortesía y el bien comportarse, algo que deberían recordar permanentemente. Cuando en unas tertulias aparece Mario Conde, el ex banquero de infausta memoria impartiendo lecciones de ética política. Cuando, tantas y tantas cosas están sucediendo no debe extrañar la clara expresión de hartazgo manifestada por la población decidida a disimular por más tiempo.  Los ciudadanos agradecerían, sobre todo en la actual coyuntura, que los próceres de la patria fueran conscientes, humildes y consecuentes con la situación tan grave por las que pasan unos, aunque a ellos parece no afectarles.

Las prebendas, mamandurrias, irregularidades y acciones perversas, habituales en el ámbito político pasan desapercibidas en tiempos de vacas gordas, dado que la gente está menos preocupada por ello, pero en los momentos en que la preocupación impera y los problemas son de gran calado, su afloración alimenta el grado de crispación, por lo que no debe extrañar la negativa opinión que generan y que va al alza.

Si yo fuera uno de los políticos que recientemente han tomado posesión en los Ayuntamientos o Comunidades Autónomas, estaría muy preocupado por la actual situación y el oprobio que les demuestra la población. En lugar de prometer una solución a la mejora de su imagen, pondría todo mi empeño en que en los próximos barómetros del CIS, los políticos ya no aparecieran como un problema sino como una solución, como debe ser. De seguir en la línea actual aún veremos esperpentos como que Belén Esteban o a Francisco Ribera “Paquirrin” ambos de sobradas virtudes, formación y reconocidos méritos presentarse a las elecciones, aupados por sus ejércitos de fans.  

¿Habremos de aceptar lo que dijo Churchill?: “Cada país tiene el Gobierno que se merece”. 

1 comentari:

llorenç Gimenez ha dit...

AQUÍ DE LO QUE SE TRATA ES DE ESTAR IMPLICADO EN ALGO, PORQUE ASÍ LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN COMO LAS REDES SOCIALES, SE HACER ECO Y RESONANCIA, LES DA POPULARIDAD. QUE AL FINAL ES LO QUE BUSCAN. llorenç