dimarts, 1 de febrer del 2011

La Caixa bancarizada. Eliseu Santandreu

En estos días en cualquier reunión, tertulia, en restaurantes y en bares el tema de conversación es el de las Cajas de Ahorro. Muchos dicen que estaba “cantando” y otros opinan que es una lástima que desparezca una figura histórica del sistema financiero español.


La Caixa, que seguirá siendo una caja de ahorros, "ejercerá indirectamente su actividad financiera a través de un banco cotizado, CaixaBank, del que será titular de aproximadamente un 81%, según explica la entidad en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El proceso de transformación que vive La Caixa, entidad con más sucursales en España, le permitirá acceder al capital de una forma más asequible, ya que el banco es una forma jurídica más comprensible para los inversores extranjeros que la caja de ahorros. Sin embargo pocos cambios se avecinan en la estrategia de la entidad, que mantendrá la obra social en torno a 500 millones de euros anuales.

La mayoría de los países europeos con Italia a la cabeza ya procedió a bancarizar las Cajas de Ahorros en los años 90, por consiguiente España no ha inventado nada y se ha visto obligada a hacerlo en aplicación de las normas de Basilea III de las cuales ya hablamos en estas mismas páginas el pasado 14 de enero.



Las Cajas, que provienen del siglo XIX, decidieron hace unas décadas, ofrecer los mismos servicios que los Bancos participando activamente en las guerras de activo y pasivo y, sobre todo en la concesión de hipotecas, con el resultado que todos sabemos y que ha desembocado en proceso de fusiones, reconversiones, recapitalización, transformación en Bancos, entrada de capital privado y del Estado como accionistas, sin descontar la nacionalización de las más débiles.

Por otro lado, el modelo tradicional de crecimiento basado en crecer orgánicamente en base a crear nuevas oficinas, incrementar el tipo de interés en las operaciones de activo -con primas de riesgo rozando a la usura- así como crear comisiones por todo, ya está caduco. Se había llegado al extremo de que los clientes ya no podían pagar más. La reconversión debía llegar por otros caminos, al margen de las connotaciones de carácter gubernamental y de la presión de Europa.

El negocio bancario, como el resto de sectores se ha globalizado. Las Cajas de Ahorro no podían tener presencia en los mercados para captar dinero, al margen del ahorro de sus clientes. La primera señal de alerta fue la CCM (Caja de Ahorros de Castilla la Mancha) que aún está en el ámbito jurídico por su gravedad.

Volviendo a la Caixa, todo seguirá igual que hasta ahora. Los mismos rótulos y logo, así como las mismas oficinas y plantilla. Eso es lo que han afirmado los dirigentes de la entidad aunque es previsible que, sin estridencias adelgazarán la estructura, pero esa es una política independiente de la decisión que ahora ocupa.

La SIP de la Caixa de Madrid y Bancaja ha anunciado también la creación de Bancaza para ganar en solvencia saneando sus activos y salir a cotizar en Bolsa. Sería la tercera entidad de España. Ahora se abre una guerra entre estas dos Cajas, con mejor posición de la Caixa que la Caja de Madrid, dado el endeudamiento de la segunda.

Sin embargo, quizás muchas otras cajas de ahorro que no puedan tomar las decisiones que han hecho las mayores puedan ser nacionalizadas, desaparecer o ser absorbidas dejando el sector más reducido.

Lo que si entiendo que por parte de quien proceda, se debería hacer una labor de pedagogía para que la gente que tiene su dinero en las Cajas, comprendan las medidas adoptadas, sobre todo teniendo en cuenta que los clientes habituales de las Cajas de Ahorro es un espectro de la sociedad muy determinado al que se han añadido muchos inmigrantes que están asustados con tanto cambio.